Si usted come tres veces al día,
si tiene agua para beber y libros para
leer,
si tiene ojos para ver y oídos para oír,
si nunca ha sido rociado con gas
lacrimógeno
ni golpeado por un policía,
o desterrado de su propia casa,
si tiene tele y computadora
y tiempo para usarlos,
si puede o pudo estudiar,
si sabe leer y escribir,
entonces usted tiene la obligación de no
ser imbécil,
de saber que en La Puya también están
luchando por usted,
que no todos los pobres son ladrones ni
los indígenas ignorantes,
que las protestas sociales no son
cuestión de moda,
de leer, informarse, pensar
y no creer en todo lo que los periódicos
le dicen.
Usted tiene la obligación de no cerrar
los ojos,
de soñar y resucitar al tercer día,
de salir a la calle, de defender esta
tierra que también es suya.
Usted tiene la obligación de luchar
si tiene un corazón dentro de su pecho.
3, Jun. 14